Vagando entre miles de caras
detuviste mi mirada,
frenaste mi vida
en una fotografía.
Una dama, una niña,
una rosa, una espina,
te conocía sin conocerte
y te había visto sin verte.
Eres exacta, así te imaginaba,
mujer plena, radiante,
desbordas la belleza
y la sensualidad
corona tu cabeza.
Dos rosas llevas en tus pechos,
entre finos brocados
se adivinan tus encantos.
No necesitas ni una joya
contigo basta y sobra.
Mujer lejana, mujer divina
piensa en lo mucho que te amo,
vocablos que pongo en tus labios,
que penetran y te envuelven en mis brazos.
Cruel resulta la existencia
al hallarte después de tantos años,
al saber que existes en la tierra
y al haberte puesto en otras manos.
¿Cuántas horas pienso en ti?
No lo sé,
sólo sé que estoy pensando en ti.
Como en altar te tengo en mi pantalla
y como a una diosa te rindo pleitesía
a sabiendas
que nunca serás mía…
Raúl Felipe
Raúl, abuso de ti y tan hermoso poema...
y expongo mi foto soñando ser esa mujer lejana...
Gracias por tus letras,
lo agradece Café Poema
y las mujeres del mundo.
Yvette
No hay comentarios:
Publicar un comentario